La tarde en que Argentina venció a Inglaterra por penales, por los octavos de final del Mundial de Francia 1998, fue una de las más celebradas por el pueblo futbolero autóctono a lo largo de las últimas dos décadas. Once años más tarde, Tribuna Virtual rememora aquel 29 de junio con una imagen histórica: la tapa que la revista “El Gráfico” lanzaba a la calle el día después.
El equipo por entonces comandado por Daniel Passarella se metía entre los ocho mejores del mundo, luego de una batalla futbolística que contó con todos los ingredientes que se suponían necesarios para semejante cruce: velocidad, penales, goles, expulsiones y, a modo de postludio, una definición por penales que tuvo a Carlos Ángel Roa como protagonista excluyente.
Lo que sucedió días más tarde es sabido. Holanda eliminó a la Argentina con gol de Dennis Bergkamp, el Kaiser se vio obligado a renunciar a su cargo y el “Lechuga” no volvió a atajar en la Selección. De todas formas, aquel manotazo salvador, el del penal que le contuvo a David Batty, quedará grabado como una de las paradas más destacadas que haya podido realizar un arquero local en campeonatos del mundo.
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