jueves, 3 de septiembre de 2009

El fútbol gratis no favorece a los que nos gusta el fútbol

Mujeres sin sus maridos. Novias sin sus novios. Hermanas sin sus celosos hermanos persiguiéndolas. Todas ellas paseando tan radiantes como desapercibidas por los distintos shoppings, avenidas o plazas, angustiadas y preocupadas por no recibir al menos una de esas miradas obscenas provenientes de nuestro sexo (producto de aquel escote o falda corta), de las que estaban tan acostumbradas y que tanto levantaban su autoestima.

Por primera vez, como hacía tiempo no sucedía y si es que alguna vez sucedió, ellas dejaron de ser nuestro centro de atención. O al menos por el fin de semana. ¿Qué pasó? ¿En Qué fallamos…?

En otro momento, podríamos haber tomado este hecho como un síntoma realmente preocupante y hubiésemos necesitado alguna excusa más que coherente para entender que algo así fuese capaz de sucedernos. Hoy, por suerte, esta excusa existe.

Volvió el fútbol, mujeres. Y no sólo eso, sino que también es gratis. Lo pasan por canales de aire y, al terminar un partido, te dan esos treinta segundos que necesitas para ir a destaparte esa cervecita helada que tenés en la heladera y, cuando no alcanzaste ni a volver, ya sentís el “Arrancoooo en Baaanfield, ya movió Silva para Fernández”.

El Bambino haría referencia a lo que sentimos en ese momento con un “Belleeeeza neeeene”. Yo, en cambio, glorifico el momento con una de las frases que cuesta mucho escuchar en días como estos en nuestro país: “Esto es vida” (sosteniendo en la mano a los dos amores de Homero Simpson: la cerveza y el control remoto).

He aquí el motivo de la soledad y el bajón anímico de las mujeres. ¿Qué?, ¿Esperaban que las tengamos en cuenta teniendo semejante programa para todo un fin de semana?, si la respuesta es sí, realmente no nos entendemos.

No seamos ingenuos nosotros tampoco y sepamos también que por más bueno que sea algo, siempre, pero siempre, van a haber repercusiones. Y acá les paso a contar cuál va a ser nuestro problema. Para nosotros, que creíamos que habíamos tocado el cielo con las manos.

Este es un momento de gloria para aquellos pocos hombres que nunca soportaron el fútbol, que cada vez que pasan por un canal deportivo aceleran su movimiento de pulsado llevándolo a una velocidad increíble, que aborrecen las juntadas, previas, cafés y tantas otras cosas, por que sólo se habla de eso, fútbol.

Ustedes se preguntarán porqué es su momento de gloria, si ahora se televisan absolutamente todos los partidos, por todos los canales y en todos los horarios; y justamente eso es lo que más odian ellos. Mi respuesta o mejor dicho, mi visión del tema, es que éste es su momento de gloria. Es su momento de gloria por que no se si recordarán lo que les contaba en los primeros párrafos, eso de mujeres solas, escotadas y de faldas cortas, paseándose por la ciudad angustiadas por tanta soledad, desesperadas por nosotros que, como bien machos, estamos mirando el fútbol.

Bueno, estos muchachos, que son pocos pero son, se nos van a aprovechar y vengar por nunca haberlos escuchado y por siempre haber hablado, de ese bendito tema que tanto aborrecían, aborrecen y aborrecerán. Y mientras nosotros estemos sentados en nuestros sillones, disfrutando de nuestro momento de éxtasis, totalmente despreocupados y distraídos de nuestras esposas, novias, amigas a quienes les tenemos ganas (pero todavía no están enteradas), hijas, hermanas (o cualquier relación que nos una con la persona del sexo opuesto), ellos, sí ellos, los que nos odiaron a escondidas y nunca se animaron a decírnoslo, nos las van a robar a todas. Así que muchachos, el fútbol gratis no nos favorece tanto.

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